Una bandeja autoservicio inclusiva, que mejore la experiencia de los usuarios y que se adapte a una amplia gama de necesidades individuales en distintos entornos, desde los comedores escolares hasta los hogares. Esta fue la idea de Laura Rodilla García, Máster en Artes Visuales y Multimedia por la UPV, que se alzó con el premio CAVIDA otorgado por la Fundación Juan Arizo Serrulla.
“Pimba”, así se llama el proyecto, potencia la creatividad de las personas, ayuda a que sean más independientes a la hora de comer y transmite estímulos que ayuden a que los usuarios se desenvuelvan mejor en este tipo de entornos, fomentando así el desarrollo de sus habilidades comunicativas sin sentirse diferentes al resto.
¿Cómo es “Pimba”?
La estructura está formada por una serie de agujeros pasantes que permiten que se puedan colocar los platos. De esta forma, el usuario puede elegir si prefiere comer con la bandeja montada, o si por el contrario, prefiere sacar el plato y comer con este. Además, esta estructura está dotada con unos salientes en forma de semiesfera que permiten saber el correcto orden de ingesta de los diferentes platos. Este método es válido tanto táctil, como visualmente.
Los cuatro platos se dividen en dos tipos: redondos y cuadrados. Los redondos, que tienen más capacidad, están pensados para los platos principales, mientras que los cuadrados sirven para el entrante y el postre. Cada plato tiene a su vez dos compartimentos: uno para depositar la comida y otro para para colocar los cubiertos. De esta forma se posibilita la ubicación de los cubiertos en todo momento, y se facilita su uso a personas con deficiencias visuales. Además, estos platos cuentan con una pequeña inclinación que favorece la recogida de los alimentos, mejorando el modo de uso a cualquier tipo de usuario, especialmente a personas con dificultades en cuanto a la motricidad. Para poder tener ubicada la inclinación en todo momento, se puede observar en el borde de estos platos una pequeña hendidura que marca la dirección de la inclinación y, por lo tanto, el correcto posicionamiento del plato.
Diseño inclusivo
La idea nació durante el estudio de una asignatura sobre diseño inclusivo, en la que se planteaba al estudiantado la creación de un diseño que cumpliera con esta premisa. Laura optó por la adaptación de bandejas de autoservicio al considerar que “es un producto que la mayoría de personas hemos utilizado alguna vez en nuestra vida, pero pese a la gran funcionalidad que ofrecen, no suelen generar una experiencia satisfactoria en el usuario”. Fue tal el interés que despertó en ella, que amplió su estudio al trabajo final de grado.
Visibilidad de los desafíos de personas con diversidad funcional
Ser reconocida con el premio CAVIDA supone para la ganadora “una gran motivación para seguir formándome en el área del diseño inclusivo y seguir investigando y luchando por la implantación de esta rama del diseño en la mayor parte de productos y servicios, ya que con esto se logra disminuir la diferenciación y/o discriminación de las personas en cuanto a las capacidades y necesidades que tienen”.
Para Laura, “es muy importante que existan este tipo de reconocimientos, ya que promueven la conciencia y la visibilidad sobre las necesidades y desafíos que enfrentan las personas con diversidad funcional”.
Laura Rodilla García
La ganadora de la tercera edición de los premios CAVIDA estudió Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos en la Universitat Jaume I de Castellón, donde se especializó en Uso y Comunicación en el Diseño.
Junto a otros tres compañeros formó parte del proyecto KIMIBOX, en el que diseñaron y fabricaron en impresión 3D una caja portasueros personalizable, con la finalidad de ocultar el tratamiento de quimioterapia infantil que actualmente se utiliza en el área de oncología infantil del Hospital General de Castellón de la Plana.
Posteriormente estudió el Máster en Artes Visuales y Multimedia en la UPV y actualmente está cursando el Máster en Diseño y Fabricación Integrada Asistidos por Computador también en la UPV.
Sobre los premios CAVIDA
Los premios CAVIDA son promovidos, desde hace tres años, por la Fundación Juan Arizo, Este reconocimiento busca impulsar proyectos que mejoren la calidad de vida de personas con diversidad funcional a través de la fundación que se creó en 2004 tras el trágico fallecimiento en accidente de tráfico de Juan Arizo, profesor de la Escuela de Caminos. Desde su origen su propósito ha sido contribuir a la formación integral de ingenieros de Caminos, Canales y puertos de la Comunidad Valenciana y al desarrollo de acciones que contribuyan de manera favorable a la sociedad.
La entrega de premios tuvo lugar el pasado 30 de noviembre, y se enmarcó en las actividades del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Fuente: UPV
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